Usó la sombra de un Niño,
Tomó la caricia de siglos,
La trama de sus fibras entrelazadas.
Rompió su alma fresca
Con torretas que nacían del cielo..
Sometido ante un aljibe
Que ya no pronunciaba sus palabras
Ella sabía que su vocecita sádica
Crecìa en cada balde,
En cada ladrillo arcilloso,
Transformándose en humedad
Trasformando su manso sueño,
En lingotes de terror
Usó su piel, su pardos poros,
Y sus mejillas intensas para autoacariciarse
Para proponer un logro ante el consejo de sabios
Que maullaban de esquizofrenia..
Usó sus ojos
Caminó apuntalando cada milímetro,
De sus córneas atormentadas de vida
secas y crocantes
Casi chamuscadas de humanidad, haciendo,
Aprendiendo de sus propias técnicas,
Deleitándose de ambigüedad ..
Usó sus huesos, adheridos a un fuego descontrolado
Enfrascándolos en una salsa oscura,
Los colocó en una repisa con los demás cuerpitos,
Su colección más preciada..
Eso es lo que pude divisar,
Desde el marco de la puerta,
Ella me vió..
Pero yo ya había crecido..